Yo estaba con un rictus, cuando senti deslizarse algo de uno de mis pechos. Y era un nomeolvides celeste, diminuto, que salió de adentro.Lo atrapé y se lo di. Él vaciló como si se tratara de un bombon chiquitito o una mosca de ala azulada. Pero al fin, lo comió. Y pidió otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario